Las demostraciones de Gödel, en sentido riguroso,
son inasequibles al neófito y también a la
mayoría de los profesionales de las matemáticas.
Requieren un alto nivel de especialización en
metamatemáticas, así como un tiempo de estudio e
investigación nada despreciable. Parece que Stephen
Hawking, después de un lapso dilatado empleado en examinar
con detenimiento el teorema de Gödel (que versa sobre la
incompletitud de los sistemas axiomáticos formalizados) y
sus repercusiones sobre la física, cambió
drásticamente sus antiguas pretensiones académicas
(compartidas con varios colegas de renombre) de encontrar una
Teoría del Todo que finalmente explique completamente el
universo.
Por lo tanto, surgen las preguntas: ¿Será
el Teorema de Gödel un indicio vanguardista, surgido en el
seno de la misma ciencia humana, que muestra que el hombre
necesita la revelación divina para sustentar su
conocimiento? ¿Es, este teorema, un
indicativo de que toda mente racional, incluida la divina, posee
limitaciones insalvables? ¿Cuáles son las
verdaderas repercusiones de dicho teorema?
Autor:
Jesús Castro
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